El néctar de agave, también conocido como sirope de agave o miel de agave, es un potente endulzante que se extrae de las hojas o pencas del agave, una planta de origen desértico muy similar al aloe vera.
El néctar de agave, también conocido como sirope de agave o miel de agave, es un potente endulzante que se extrae de las hojas o pencas del agave, una planta de origen desértico muy similar al aloe vera.
El néctar de agave, también conocido como sirope de agave o miel de agave, es un potente endulzante que se extrae de las hojas o pencas del agave, una planta de origen desértico muy similar al aloe vera. Esta planta, originaria del Caribe y de la América tropical y subtropical, cuenta con más de 100 variedades, aunque para la elaboración de este néctar se utilizan principalmente dos de ellas: el agave azul y el agave maguey.
Este sirope se ha puesto de moda en los últimos años gracias a los beneficios que aporta en comparación con el azúcar refinado tradicional. Mientras que el azúcar contiene hidratos de carbono vacíos, sin ningún aporte nutricional, en el agave encontramos pequeñas cantidades de minerales como el potasio, el magensio, el sodio y el calcio. Gracias a ello la industria alimentaria ha comenzado a utilizarlo para la elaboración de postres, dulces y golosinas con ingredientes ecológicos.
Se calcula el que el néctar de agave tiene el doble de poder endulzante que el azúcar refinado gracias a su alto contenido en fructosa (70% de su composición) y glucosa (25%). Gracias a ello podemos emplear una menor cantidad de producto para conseguir el mismo efecto sobre el sabor y el aroma de los alimentos. Además, el sirope de agave tiene un bajo índice glucémico, por lo que no provoca cambios bruscos en los niveles de glucosa en la sangre, como sí ocurre con el azúcar tradicional. Por este motivo es una buena alternativa para las personas que sufren de diabetes.
Del mismo modo, el hecho de que el néctar de agave tenga un índice glucémico bajo hace que la sensación de saciedad dure más tiempo, lo que se traduce en comer menos. Al contrario que otros endulzantes, el agave se disuelve con facilidad en frío, por lo que podemos emplearlo con facilidad en yogures, batidos o bebidas frías.
