La hierbabuena es una planta aromática muy usada para aderezar platos y bebidas, tanto frías como calientes, incluyendo varios tipos de cócteles como los mojitos o las caipiriñas. Esta hierba, también conocida como menta verde o hierba santa, se emplea en la cocina desde hace siglos por su poder aromatizante, especialmente en platos tradicionales como caldos, sopas y guisos. Además de sus cualidades gastronómicas, la hierbabuena tiene propiedades antiespasmódicas, activando la producción de bilis por parte de la vesícula biliar, y propiedades carminativas, ya que actúa como estimulante de la eliminación de gases del tubo digestivo.
Muchos son los beneficios de esta planta para la salud. Los más destacados hacen referencia a su capacidad para combatir los problemas digestivos, sobre todo en caso de digestiones pesadas, flatulencias, cólicos estomacales, pinchazos, gases, pesadez o acidez. Las hojas de esta hierba contienen mentol y un sabor muy similar al de la menta fresca, y por ese motivo también se pueden utilizar para combatir el mal aliento. Además son refrescantes. No menos importantes son sus propiedades expectorantes, muy útiles para aliviar los síntomas del resfriado y de la gripe que afectan a las vías respiratorias, como la tos o el exceso de mucosidad.
Las hojas de hierbabuena también son muy efectivas para calmar los dolores provocados por la menstruación, así como algunos problemas nerviosos. Y es que esta hierba tiene cualidades sedantes que relajan el cuerpo e, incluso, combaten el insomnio. Para estos casos se aconseja prepara una infusión a base de hierbabuena que podemos consumir antes de ir a la cama. Para ello es suficiente con introducir algunas hojas en medio litro de agua caliente, tapar y esperar unos 20 minutos antes de su consumo. Esta preparación no sólo nos ayudará a conciliar el sueño, sino también a eliminar los gases y las flatulencias.