Las hojas de eneldo, así como sus frutos, son usados en cocina como condimento por sus cualidades aromáticas y saborizantes. Su olor recuerda ligeramente al anís con un toque de limón, mientras que su sabor no es comparable al de ninguna otra hierba. Puede combinarse con otros condimentos y especias gracias a su gran versatilidad. Aunque casa a la perfección con casi cualquier plato, el eneldo es ideal para potenciar el sabor del pescado y para la preparación de encurtidos. Para la elaboración de estas conservas de vinagre se puede mezclar con otras hierbas como el laurel o la pimienta.
Estas hojas, sin embargo, también pueden emplearse en guisos, mariscos, sopas, ensaladas, vinagretas y un largo etcétera. Se recomienda cortarlas con la mano más que picarlas y deben añadirse al final de la preparación. Añadir eneldo a los platos es una buena forma de facilitar la digestión, ya que esta hierba es carminativa y antiflatulenta. Estimula al hígado, atenúa los espasmos uterinos y los dolores de la menstruación. Al mismo tiempo, incrementa la producción de leche durante la lactancia.
El eneldo también tiene agentes activos y aceites esenciales de gran poder medicinal, así como propiedades antiespasmódicas, antisépticas, diuréticas, antihemorroidales y sedantes. Esta hierba es un buen remedio natural para calmar problemas gastrointestinales como los gases, la diarrea, la acidez estomacal, las úlceras o las flatulencias. Desde la antigüedad se ha utilizado el eneldo para aliviar los gases y otros problemas digestivos, incluyendo el estreñimiento. Por sus efectos sedantes se puede utilizar como relajante natural para combatir el insomnio.
Se ha demostrado que el eneldo reduce los triglicéridos y el colesterol malo en sangre y aumenta el bueno. Si a esto añadimos sus propiedades antioxidantes nos encontramos con un buen remedio natural para prevenir problemas cardiovasculares y algunos tipos de cáncer.