El coco es una fruta exótica que se compone de una parte líquida, el agua de coco, y otra parte sólida, la pulpa de coco. Este fruto tiene su origen en la palmera cocotera se puede consumir de diferentes maneras: fresco, deshidratado, rallado, en cubos…
Por su sabor refrescante es ideal para consumirlo en verano o con altas temperaturas, ya que nos ayudará a reducir la sed y a mejorar nuestra hidratación. Además es una fruta rica en fibra por lo que su digestión es fácil. Gracias a su sabor dulce e inconfundible, es perfecto para tomarlo como snack en cualquier momento del día o para incluirlo en recetas de pastelería dulces con un toque diferente.
En los países tropicales el coco se utiliza debido a sus supuestas propiedades bactericidas, antioxidantes, antiparasitarias, hipoglucemiantes, hepatoprotectoras e inmunoestimulantes.
Además es rico en minerales como el calcio, el fósforo o el magnesio y en vitamina E. Estas propiedades varían según la forma en que se consuma, crudo o deshidratado, pero ambas opciones suponen una gran fuente de propiedades nutricionales por lo que resultan interesantes para ser incorporadas a nuestra dieta.
Propiedades del coco deshidratado
A pesar de su alto contenido en grasas saturadas, no aporta los efectos negativos de otros tipos de alimentos con esta misma característica ya que ayuda a reducir el colesterol y controlar el colesterol.
Su contenido es alto en vitaminas del grupo B, además de vitamina C, vitamina E y vitamina K. Los minerales tienen una amplia presencia a través del potasio, el magnesio, el selenio y el hierro, necesarios para una dieta equilibrada.
Otra propiedad interesante es su aporte en fibra, ya que dos cucharadas de coco deshidratado aportan el 15% de requerimientos de fibra diarios. La fibra natural es un ingrediente que debe estar presente en nuestra alimentación diaria, ya que nos ayudará a mejorar nuestra sensación de saciedad, el funcionamiento del intestino y a mantener un peso saludable.
Beneficios nutricionales del coco rallado
Reduce la producción de insulina gracias a la fibra que contiene el coco. Además este elemento aumenta la sensación de energía en el organismo, por lo que su consumo está recomendado en periodos en los que tengamos más carga laboral.
El coco tiene un alto contenido en antioxidantes, que disminuyen el envejecimiento y lo retrasan.
Remineralizante: se cree que ayudaría a regular la tonicidad de los músculos y mejorar las funciones del corazón.
Asimismo ayuda a controlar la presión arterial, los niveles de colesterol y la glucemia, reduce la inflamación y fortalece el sistema inmune para prevenir enfermedades.
Regulador de la presión sanguínea: esto se debe a que sus grasas saturadas aportarían una reserva de energía de calidad para el cuerpo. Éstas se encuentran en la pulpa y en la leche de coco,
Hidratante: tiene un alto porcentaje de agua y minerales que evitarían la deshidratación. Por este motivo, sería un buen aliado en el entrenamiento y luego de la competición. Siendo baja en grasas y azúcares, no aportaría grandes dosis de calorías. Es la bebida favorita en lugares donde hace mucho calor porque quita la sed al instante.
Comer coco deshidratado
El coco deshidratado potencia gran parte de los nutrientes de esta fruta gracias al proceso de secado, en el que aumenta de manera considerable la concentración de fibra, minerales o vitaminas. El sabor característico del coco convierte a este alimento en un gran complemento a todo tipo de postres. Además, al estar cortado en dados, los niños podrán encontrar en este producto una golosina natural de gran beneficio para su salud, ya que las calorías vacías de las chucherías son sustituidas por nutrientes de gran valor para su crecimiento.
Uno de los nutrientes que más incrementan su concentración durante el proceso de deshidratación es la fibra, que ayuda a regular el tránsito intestinal, a evitar el estreñimiento y la aparición de hemorroides. Además, aumenta la sensación de saciedad y reduce el colesterol malo, ya que impide su absorción en el intestino delgado. Por el contrario, su alto contenido en grasa y calorías convierte al coco en un alimento que debe ser consumido con moderación por las personas que sufren de sobrepeso o llevan a cabo una dieta de adelgazamiento.
En el coco encontramos altos niveles de un mineral tan importante como el potasio, que regula la presión arterial, mejora la circulación, contribuye a la eliminación del sodio y regula los líquidos del organismo gracias a sus grandes cualidades diuréticas. El potasio también ayuda a la correcta contracción de los músculos y a prevenir la aparición de calambres tras el ejercicio físico. Otros minerales presentes en esta fruta son el manganeso, el selenio, con importantes propiedades antioxidantes, y el hierro, fundamental para el transporte de oxígeno en la sangre y para combatir la anemia.
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