Tras un año diferente y haciendo esfuerzos por mantener los ánimos en positivo, no hay nada mejor que celebrar la llegada del buen tiempo y de la Semana Santa con las recetas clásicas de la temporada.
Aunque por supuesto recetas como las torrijas no solo se pueden disfrutar en estas fechas, si quieres seguir la tradición o traer buenos recuerdos a tu memoria a través del paladar, esta es la ocasión perfecta.
¿Qué comida era la que te preparaban tus abuelos de pequeño cuando tenías vacaciones? ¿Cuáles son los sabores que te traen mejores recuerdos de tu infancia? ¿Recuerdas alguna Semana Santa como especial gracias a una receta que probaste?
Para disfrutar de estas vacaciones y rememorar sabores y vivencias únicas, te proponemos que nos acompañes en este recorrido por la memoria a través de las recetas de Semana Santa.
Recetas dulces de Semana Santa
Los dulces de la Semana Santa suelen propiciar una gran cantidad de calorías ya que originariamente estaban pensados para la época del ayuno. Gracias a esa voluntad de añadir ingredientes, el resultado de todos ellos es único y muy sabroso.
Empezamos por las clásicas torrijas. Ahora que todos estamos más concienciados con el derroche de comida, esta receta es perfecta para aprovechar el pan duro del día anterior. Con una preparación rápida y fácil, la canela y el azúcar se tornan imprescindibles.
Otro postre clásico son las Monas de Pascua. No hace falta ser un pastelero profesional para elaborar este postre clásico de Semana Santa. Este postre cuenta con una gran tradición en toda la zona de Levante y suele comerse al finalizar la cuaresma. Por lo general, el padrino se lo regala a su ahijado después de la misa del Domingo de Pascua. El Lunes de Pascua también es un plan clásico ir a comer la mona varias familias juntas o grupos de amigos.
El Panquemado por ejemplo es muy similar en ingredientes a la Mona de Pascua, pero difiere en la forma y en algún toque distintivo, como el anís o el azahar.
Por otro lado, las llamadas frutas de sartén como los buñuelos son todo un clásico en la Semana Santa. Los buñuelos de cuaresma, aromatizados con vino blanco, la ralladura de algún cítrico y anís en grano son toda una delicia para la ocasión.
Los pestiños no se quedan atrás. Esta masa de harina frita con aceite de oliva y miel o azúcar goza siempre de una gran acogida gracias a su textura crujiente y su dulce sabor.
Otra de las recetas de Semana Santa que seguro has probado en alguna ocasión son las rosquillas. En muchas casas no faltan unas buenas rosquillas a lo largo de todo el año para tomar con el café o incluso en el desayuno. Esta es la época perfecta para elaborarlas o probar incluso alguna otra variación, como los roscos fritos al estilo andaluz o las rosquillas de anís. Los roscos fritos tienen su origen en la gastronomía árabe, como tantas otras delicias andaluzas. Son muy cómodos y fáciles de preparar y además se conservan perfectamente durante algunos días en la cocina.
Los Huesillos Extremeños son, como su nombre indica, típicos de la zona de Extremadura, donde se suelen comer desde Todos los Santos, hasta Carnaval y Semana Santa. Son muy similares a las rosquillas por el tipo de masa y por el procedimiento. Sus ingredientes son humildes pero su sabor es inconfundiblemente delicioso y adictivo.
Por último dentro de la categoría de postres dulces está la leche frita. Una receta muy especial y fácil de cocinar que siempre vuela en la mesa. No dudes en prepararla si no la has probado, estamos seguros de que te encantará.
Recetas saladas de Semana Santa
Respecto a los platos salados de Semana Santa, la variedad no deja de ampliarse y de variar según la zona de España en la que preguntemos.
El Potaje de Vigilia es el guiso más típico dentro de las recetas de Semana Santa. Su receta es humilde pero bien elaborado es todo un placer disfrutarlo. En esta línea los garbanzos con espinacas son también sencillos pero no por ello dejan de ser una de las recetas favoritas de los niños.
Aunque ahora empiecen a subir las temperaturas, una sopa caliente nunca viene mal si llega la lluvia temida en Semana Santa. La sopa de ajo es un plato castellano de toda la vida, que puede variar de ingredientes pero su base está clara, y deliciosa, con una buena cucharada de pimentón dulce.
Si has estado o eres de La Mancha, conocerás el Atascaburras. Se cuenta que fueron unos pastores hambrientos quienes lo inventaron en medio del frío de la sierra. El bacalao es su ingrediente principal, como lo es de tantas otras recetas clásicas de la temporada: patatas con bacalao, buñuelos con bacalao, bacalao rebozado o croquetas con bacalao son solo algunos ejemplos.
La Porrusalda también incorpora bacalao según la región donde te encuentres. En algunas zonas es sencillamente caldo de puerro con patatas.
Los camarones son otro de los ingredientes estrella de la época, como en la receta de la tortilla de camarones.
Por último, dentro de las recetas de Semana Santa saladas queremos destacar las patatas viudas. Su base religiosa se combina con sus ingredientes y con el ingenio de la época para demostrar que la austeridad no está reñida con el disfrute. Con muy pocos ingredientes -patatas, cebolla, ajo, pimentón, azafrán, caldo y laurel- se obtiene una receta sabrosa y original. Nada tiene que envidiar a cualquier sopa castellana. Además, su función como plato principal puede quedar relegada a la de guarnición sin ver perjudicado su sabor.
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